Problems in Contemporary Aesthetics
The magnitude of humanity weighs on each of us, and on our hearts we profoundly feel
the antipodes walking about.
Such that it’s not unusual for us to walk about like some dazed christs in search of a cross upon which to hang.
Having climbed to the top of a hill one night, the city stretched out before me like the skin of a tiger.
And the embers of three souls glimmered in the cup’s liquor.
The last one was mine, always a soul leftover and alone.
Teeth marks drifted through the air and suddenly the Devil appeared and said to me: “You can have it all if you worship me prostrate.”
Owning the world is the same as not having anything: there are mistakes in everything and we are always being deceived.
I cannot exchange my jeans and jacket for a five-story building or a position in a Government office.
I prefer to wander downtrodden through neighborhoods with auto shops and carports.
There they all try to have the best things possible in their lives, so they pick up a flower, a girlfriend and a mirror.
This collective effort softens me and gradually, without realizing it, I smile at everyone like a dog.
One morning a man walked naked through the city streets.
The police put him in jail a few hours later, just like any man who tries to be happy.
Because all that is not included within the Law is outside it.
And within the Law there cannot be a naked man because the Law is written by the representatives of textile factory proprietors.
As neither can there be a hungry man because the hunger of the poor is a mistake.
I went to a small restaurant one day and a grizzly man stood in the door. After watching me he took off saying:
“So you’re eating, huh? I’m glad, I’m glad!”
And his laughter fell on the soup like a black spider.
At least the pastry chef can eat his fill, but he who only knows how to make poems, what will he eat?
If a question doesn’t have an answer the best thing to do is change the question and the problem.
That’s why there are arrogant people that tell us:
“Dedicate yourself to aesthetics!”
—Jaime Jaramillo Escobar
Problemas de la estética contemporánea
La magnitud de la humanidad pesa sobre cada uno de nosotros, y sentimos profundamente a las antípodas pateando sobre nuestro corazón.
De modo que no es extraño que andemos como unos cristos abofeteados en busca de una cruz para apoyarnos.
Habiendo subido a lo alto de una colina una noche, ante mí se extendía la ciudad como una piel de tigre.
Y en el licor de las copas cintilaban las lucecillas de tres almas.
La última era la mía, alma siempre sobrante y solitaria.
Por el aire volaban dentelladas y entonces apareció el Diablo y me dijo: –“Te lo daría todo si postrado me adoras.”
Ser el dueño del mundo es lo mismo que no tener nada, pues el error existe en todo y siempre nos engañan.
Mis jeans y mi chaqueta no se pueden cambiar por un edificio de cinco pisos ni por un puesto en las oficinas del Gobierno.
Prefiero andar derrotado por los alrededores de talleres de mecánica y cobertizos de carros.
Allí todos tratan de poner en sus vidas las mejores cosas que pueden, y así recogen una flor, una novia y un espejo.
Este esfuerzo colectivo me enternece y de pronto, sin darme cuenta, le sonrío a la gente como un perro.
Una mañana andaba un hombre desnudo por las calles de la ciudad.
La policía lo metió a la cárcel pocas horas después, como a todo hombre que intenta ser feliz.
Porque todo lo que no está dentro de la Ley está fuera de ella.
Y dentro de la Ley no puede haber un hombre desnudo porque la Ley es hecha por los representantes de los propietarios de las fábricas de tejidos.
Como tampoco puede haber un hombre con hambre, porque el hambre del pobre es resbalosa.
A la puerta de un pequeño restaurante donde entré un día se paró un hombre hirsuto que después de mirar se fue diciendo:
–“¿Conque comiendo, eh? ¡Me alegro, me alegro!”
Y su risa cayó sobre la sopa como una araña negra.
El fabricante de rosquillas puede al menos comérselas, pero el que sólo sabe hacer poemas, ¿qué comerá?
Si una pregunta no tiene respuesta lo mejor es cambiar de pregunta y de problema.
Para eso hay petulantes que nos dicen:
—“¡Dedícate a la estética!”
—Jaime Jaramillo Escobar
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Camilo Roldán is a poet and translator who lives in Brooklyn, NY. From 2011 through 2013 he co-curated the Triptych Reading Series and is currently editor-in-chief for DIEZ. Among other journals, his work has most recently appeared in Mandorla, West Wind Review, Lungfull!, and Sun’s Skeleton. A chapbook, La Torre, is forthcoming from Well Greased Press.
Jaime Jaramillo Escobar is a Colombian poet.